jueves, 9 de agosto de 2012

ALLÁ, EN LAS ALTURAS DE HUAMACHUCO


ALLÁ, EN LAS ALTURAS DE HUAMACHUCO

Por Víctor Corcuera Cueva
La primera vez que visite Huamachuco fue hace ya seis años, para aquella oportunidad fui invitado para cubrir un evento dedeporte de aventura. Este primer contacto con la Provincia de José Faustino Sánchez Carrión, me llevo a conocer uno de los lugares más bellos del planeta que he visitado: La Laguna del Cushuro. En las faldas del Apu Huaylillas se encuentra esta Laguna, que por el día refleja la Montaña y por la noche el manto de constelaciones.
Huamachuco está ubicado sobre los 3202 m.s.n.m. en la Región La Libertad, y   gracias a su geografía los ancestros andinos se establecieron desde antes que los hijos del sol llegaran. Los hijos del sol se instituyeron y no tardarían en llegar, algunos años después, los barbudos invasores. En esta Provincia se sucedieron actos heroicos, ahora escritas en la Historia del Perú; uno de los protagonistas de estos sucesos fue  el Mariscal Andrés Avelino Cáceres, ejemplo de valor y patriotismo para las generaciones presentes y futuras.  En tiempos de guerra hubo héroes, pero hoy en día aun vemos muchos héroes y heroínas, quienes con firmeza y dignidad sostienen sus hogares sin estar de rodillas frente  a los gamonales auríferos.  Esta fue mi impresión al regresar una vez mas a esta Provincia que me cautivó hace seis años y que regrese para internarme entre sus calles, montañas y reliquias arqueológicas.

En compañía de Inticha decidimos seguir  la ruta del Culi. Partiríamos por la mañana desde la ciudad de Trujillo. El trayecto fue durante el día, lo cual nos permitió admirar el cambio de vegetación y paisaje que se da desde la Región Costa pasando por la Yunga, Quechua, Suni hasta la  Puna para otra vez descender hasta la región  Quechua. La carretera no está en estado optimo, para algunos es su encanto y para otros es punto de inicio de conversación para criticar a las autoridades. Y así entre encantos y críticas llegamos a Huamachuco, un airecito fresco nos obligó abrigarnos para que cinco minutos caminando cuesta arriba otra vez nos quitemos el abrigo. Su inmensa Plaza de armas nos da la bienvenida. Es una plaza amplia con hermosas áreas verdes bien cultivadas. Desde allí se divisa el campanario, la casa donde vivió José Faustino Sánchez Carrión, la Municipalidad y  también la circulación fluida de camionetas  4x4.

Antes del viaje, algunas amistades me habían recomendado beber el termolin, que al parecer es una bebida que reconforta las gélidas noches de la montaña. Debido a un fuerte aguacero no pudimos beber el legendario licor pero si probamos unas ricas humitas, pan con queso mantecoso y chocolate caliente; recomendados e invitados por Iván Ccachura, mi primo, a quien llegue a conocerlo – también- en este viaje.  Iván nos dio algunos alcances acerca del trabajo de conservación que se estaba realizando en Marcawuamachuco, lo cual nos alentó- aun más- a caminar por los senderos de nuestros abuelos. Nos despedimos de Iván y en la calle de retorno al hotel encontraríamos por azar del destino al colega Percy Jara. Percy con su sonrisa habitual nos dio algunas pautas de cómo llegar al sitio y gracias a la buena predisposición del arqueólogo José Pérez coordinaríamos para  iniciar la caminata antes que el sol despierte. Y así con los primeros rayos del sol y entre el velo de la neblina el Marcawuamachuco se iba manifestando y aclarando. Caminar entre la memoria ancestral tallada y construida en la roca es indescriptible. El tapiz de flores silvestres cubre el relieve de la montaña y contrastan con la mampostería, mientras que el silencio de la neblina resuena en los corredores y el eco de nuestra civilización se cala en el corazón.

Caminando por los senderos, encontramos a comuneros, quienes con sus herramientas de labranza se encaminaban para la “republica”. La “republica” es un sistema de trabajo comunal, continuidad ancestral de sistemas de organización del trabajo. En esta oportunidad les tocaba a ellos limpiar un sendero de cinco kilómetros;  para lo cual hombres, mujeres y niños tenían que participar. Un grupo se encarga de hacer el trabajo mientras que otro hace el rancho (comida), donde normalmente son las esposas  o madres las que cocinan. Haber sido testigos de esta organización y la buena voluntad que le ponen los integrantes;  fue una experiencia muy grata.

Colindante con el sitio arqueológico existe un caserío que lleva el mismo nombre del monumento.  La realidad de las familias que viven bajo el tejado de sus viviendas contrasta con las realidades de la ciudad. Las parcelas de cultivo ya no son tan productivas como antes, ya no pueden utilizar el abono de granja, pues les resulta más caro transportarlo desde la costa hasta sus linderos. El abuso de abono químico está dando sus resultados: suelos semi estériles y daños en los cultivos. Por información de primera fuente, las familias se quejan que por la puesta en uso turístico del sitio arqueológico ya no pueden ingresar los camiones con la carga de abono de granja, les sale más caro y de allí que ahora están obligados a utilizar el abono químico. Estas damas ahora están incursionando a la artesanía para turistas que llegan eventualmente por los alrededores de sus casas. Una de estas damas nos confió su realidad y sus problemas. Ella para que sea escuchada por las autoridades tiene que descender los 17 kilómetros hasta Huamachuco, si tiene suerte en algún vehículo, sino a pie. La frustración de no poder expresarse en el idioma que los funcionarios arrogantes exigen, es ya para ella un gran obstáculo; muchas veces las oficinas estatales están cerradas por “hora de refrigerio”.  Ignoro si el problema de estas familias con respecto a su actividad agrícola ha mejorado, así como también la inclusión de trabajadores originarios de estos caseríos a los proyectos que la Unidad Ejecutora de Marcahuamachuco  ha puesto en marcha.

Para conocer mejor Huamachuco tuvimos que adentrarnos en sus calles, que son largas y estrechas pero aun es posible apreciar usos y costumbres ancestrales a través de ellas. En esta oportunidad desee regresar por la Laguna del Cushuro, pero por cuestiones de tiempo nos vimos obligados a  retomar la ruta hacia Cajabamba, para finalmente empalmar con Cajamarca
La geografía de Huamachuco ofrece una gama de rutas alternativas para los amantes de actividades al aire libre, para lo cual se recomienda a los espíritus aventureros planificar al menos 03 días de estadía y tener en cuenta que hay un impacto económico en los precios de servicios de hospedaje debido a la actividad minera. Esta ciudad es un destino de viaje, también, para los aficionados a la fotografía.

Huamachuco ahora esta más cerca y desde allí se puede partir hasta Huaraz o Cajamarca. Nosotros tomamos la ruta hacia Cajabamba, la pista está en buen estado y eran menos de dos horas el trayecto. Esto ya es parte de otra crónica,  por mientras  les dejo que disfruten de las fotografías de este viaje remarcable.

Hasta entonces.
Víctor Corcuera Cueva
Foto Google earth 
Comerciante, caminante y narrador de cuentos tejidos en sus canastas. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El nombre de un vals peruano y también de una historia bien aderezada. Foto: Víctor Corcuera 2006.
 Interesante tradición artística de pintar las puertas. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 Armonía arquitectónica. Foto: Víctor Corcuera 2012.
Laguna del Cushuro. Foto: Víctor Corcuera 2006.

 Hilos de María del Cushuro. Foto: Víctor Corcuera 2006.
 Es en esta calle peatonal donde existe un establecimiento que ofrecen unas deliciosas humitas. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 Medios de transporte masivo. Foto: Víctor Corcuera 2012.
Para los amantes de espacios libres y coloridos. Foto: Víctor Corcuera 2012.
Los niños de acuerdo a sus fuerzas son parte importante de esta organización del trabajo. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 “La republica”. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 De regreso para el rancho. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 Las mujeres también participan de “la republica”. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El próximo año será otro caserío que se encargue de hacer “republica” en este sendero. Foto: Víctor Corcuera 2012.
En la carretera a Marcawamachuco existe una tiendita, donde la propietaria es una enciclopedia de leyendas y cuentos. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 Amanecer en Marcawuamachuco. Foto: Víctor Corcuera 2012.
 Un tapiz de flores silvestres cubre el relieve de la montaña. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El viento desvela poco a poco. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El eco de nuestra civilización se cala en el corazón. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El abuso de abono químico está dando sus resultados: suelos semi estériles y daños en los cultivos. 
¡Somos y estamos! Foto: Víctor Corcuera 2012.

Texto y fotografía: Víctor Corcuera Cueva.
Trujillo el 09 de agosto del 2012.

1 comentario:

Wilma Borchers dijo...

Gracias por mostrar estas bellísimas rutas. Felicitacines,hermosas fotografías.