ALLÁ, EN LAS ALTURAS DE HUAMACHUCO
Por Víctor Corcuera Cueva
La primera vez que visite Huamachuco fue hace
ya seis años, para aquella oportunidad fui invitado para cubrir un evento dedeporte de aventura. Este primer contacto con la Provincia de José Faustino Sánchez
Carrión, me llevo a conocer uno de los lugares más bellos del planeta que he
visitado: La Laguna del Cushuro. En las faldas del Apu Huaylillas se encuentra esta
Laguna, que por el día refleja la Montaña y por la noche el manto de
constelaciones.
Huamachuco está ubicado sobre los 3202 m.s.n.m. en la Región La Libertad, y gracias a su geografía los
ancestros andinos se establecieron desde antes que los hijos del sol llegaran.
Los hijos del sol se instituyeron y no tardarían en llegar, algunos años después,
los barbudos invasores. En esta Provincia se sucedieron actos heroicos, ahora
escritas en la Historia del Perú; uno de los protagonistas de estos sucesos fue
el Mariscal Andrés Avelino Cáceres, ejemplo
de valor y patriotismo para las generaciones presentes y futuras. En tiempos de guerra hubo héroes, pero hoy en
día aun vemos muchos héroes y heroínas, quienes con firmeza y dignidad
sostienen sus hogares sin estar de rodillas frente a los gamonales auríferos. Esta fue mi impresión al regresar una vez mas a esta Provincia que me cautivó hace seis años y que regrese para internarme
entre sus calles, montañas y reliquias arqueológicas.
En compañía de Inticha decidimos seguir la ruta del Culi. Partiríamos por la mañana
desde la ciudad de Trujillo. El trayecto fue durante el día, lo cual nos permitió
admirar el cambio de vegetación y paisaje que se da desde la Región Costa
pasando por la Yunga, Quechua, Suni hasta la Puna para otra vez descender hasta la
región Quechua. La carretera no está en
estado optimo, para algunos es su encanto y para otros es punto de inicio de
conversación para criticar a las autoridades. Y así entre encantos y críticas
llegamos a Huamachuco, un airecito fresco nos obligó abrigarnos para que cinco
minutos caminando cuesta arriba otra vez nos quitemos el abrigo. Su inmensa
Plaza de armas nos da la bienvenida. Es una plaza amplia con hermosas áreas
verdes bien cultivadas. Desde allí se divisa el campanario, la casa donde vivió
José Faustino Sánchez Carrión, la Municipalidad y también la circulación fluida de camionetas 4x4.
Antes del viaje, algunas amistades me habían
recomendado beber el termolin, que al parecer es una bebida que reconforta las gélidas
noches de la montaña. Debido a un fuerte aguacero no pudimos beber el
legendario licor pero si probamos unas ricas humitas, pan con queso mantecoso y
chocolate caliente; recomendados e invitados por Iván Ccachura, mi primo, a
quien llegue a conocerlo – también- en este viaje. Iván nos dio algunos alcances acerca del
trabajo de conservación que se estaba realizando en Marcawuamachuco, lo cual
nos alentó- aun más- a caminar por los senderos de nuestros abuelos. Nos
despedimos de Iván y en la calle de retorno al hotel encontraríamos por azar
del destino al colega Percy Jara. Percy con su sonrisa habitual nos dio algunas
pautas de cómo llegar al sitio y gracias a la buena predisposición del
arqueólogo José Pérez coordinaríamos para iniciar la caminata antes que el sol
despierte. Y así con los primeros rayos del sol y entre el velo de la neblina
el Marcawuamachuco se iba manifestando y aclarando. Caminar entre la memoria ancestral
tallada y construida en la roca es indescriptible. El tapiz de flores
silvestres cubre el relieve de la montaña y contrastan con la mampostería,
mientras que el silencio de la neblina resuena en los corredores y el eco de
nuestra civilización se cala en el corazón.
Caminando por los senderos, encontramos a
comuneros, quienes con sus herramientas de labranza se encaminaban para la
“republica”. La “republica” es un sistema de trabajo comunal, continuidad
ancestral de sistemas de organización del trabajo. En esta oportunidad les tocaba
a ellos limpiar un sendero de cinco kilómetros;
para lo cual hombres, mujeres y niños tenían que participar. Un grupo se
encarga de hacer el trabajo mientras que otro hace el rancho (comida), donde
normalmente son las esposas o madres las
que cocinan. Haber sido testigos de esta organización y la buena voluntad que
le ponen los integrantes; fue una
experiencia muy grata.
Colindante con el sitio arqueológico existe un caserío
que lleva el mismo nombre del monumento. La realidad de las familias que viven bajo el
tejado de sus viviendas contrasta con las realidades de la ciudad. Las parcelas
de cultivo ya no son tan productivas como antes, ya no pueden utilizar el abono
de granja, pues les resulta más caro transportarlo desde la costa hasta sus
linderos. El abuso de abono químico está dando sus resultados: suelos semi estériles
y daños en los cultivos. Por información de primera fuente, las familias se
quejan que por la puesta en uso turístico del sitio arqueológico ya no pueden
ingresar los camiones con la carga de abono de granja, les sale más caro y de
allí que ahora están obligados a utilizar el abono químico. Estas damas ahora están
incursionando a la artesanía para turistas que llegan eventualmente por los
alrededores de sus casas. Una de estas damas nos confió su realidad y sus
problemas. Ella para que sea escuchada por las autoridades tiene que descender los
17 kilómetros hasta Huamachuco, si tiene suerte en algún vehículo, sino a pie.
La frustración de no poder expresarse en el idioma que los funcionarios arrogantes
exigen, es ya para ella un gran obstáculo; muchas veces las oficinas estatales están
cerradas por “hora de refrigerio”.
Ignoro si el problema de estas familias con respecto a su
actividad agrícola ha mejorado, así como también la inclusión de trabajadores
originarios de estos caseríos a los proyectos que la Unidad Ejecutora de
Marcahuamachuco ha puesto en marcha.
Para conocer mejor Huamachuco tuvimos que
adentrarnos en sus calles, que son largas y estrechas pero aun es posible
apreciar usos y costumbres ancestrales a través de ellas. En esta oportunidad desee
regresar por la Laguna del Cushuro, pero por cuestiones de tiempo nos vimos
obligados a retomar la ruta hacia
Cajabamba, para finalmente empalmar con Cajamarca.
La geografía de Huamachuco ofrece una gama de rutas alternativas para los amantes de actividades al aire libre, para lo cual se recomienda a los espíritus aventureros planificar al menos 03 días de estadía y tener en cuenta que hay un impacto económico en los precios de servicios de hospedaje debido a la actividad minera. Esta ciudad es un destino de viaje, también, para los aficionados a la fotografía.
Huamachuco ahora esta más cerca y desde allí se puede partir hasta Huaraz o Cajamarca. Nosotros tomamos la ruta hacia Cajabamba, la pista está en buen estado y eran menos de dos horas el trayecto. Esto ya es parte de otra crónica, por mientras les dejo que disfruten de las fotografías de este viaje remarcable.
La geografía de Huamachuco ofrece una gama de rutas alternativas para los amantes de actividades al aire libre, para lo cual se recomienda a los espíritus aventureros planificar al menos 03 días de estadía y tener en cuenta que hay un impacto económico en los precios de servicios de hospedaje debido a la actividad minera. Esta ciudad es un destino de viaje, también, para los aficionados a la fotografía.
Huamachuco ahora esta más cerca y desde allí se puede partir hasta Huaraz o Cajamarca. Nosotros tomamos la ruta hacia Cajabamba, la pista está en buen estado y eran menos de dos horas el trayecto. Esto ya es parte de otra crónica, por mientras les dejo que disfruten de las fotografías de este viaje remarcable.
Hasta entonces.
Comerciante, caminante y narrador de cuentos
tejidos en sus canastas. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El nombre de un vals peruano y también de una historia bien aderezada. Foto: Víctor Corcuera 2006.
El nombre de un vals peruano y también de una historia bien aderezada. Foto: Víctor Corcuera 2006.
Interesante tradición artística de pintar las
puertas. Foto: Víctor Corcuera 2012.
Hilos de María del Cushuro. Foto: Víctor
Corcuera 2006.
Es en esta calle peatonal donde existe un
establecimiento que ofrecen unas deliciosas humitas. Foto: Víctor Corcuera
2012.
Medios de transporte masivo. Foto: Víctor
Corcuera 2012.
Para los amantes de espacios libres y coloridos.
Foto: Víctor Corcuera 2012.
Los niños de acuerdo a sus fuerzas son parte
importante de esta organización del trabajo. Foto: Víctor Corcuera 2012.
“La republica”. Foto: Víctor Corcuera 2012.
De regreso para el rancho. Foto: Víctor
Corcuera 2012.
Las mujeres también participan de “la republica”.
Foto: Víctor Corcuera 2012.
El próximo año será otro caserío que se encargue
de hacer “republica” en este sendero. Foto: Víctor Corcuera 2012.
En la carretera a Marcawamachuco existe una
tiendita, donde la propietaria es una enciclopedia de leyendas y cuentos. Foto:
Víctor Corcuera 2012.
Amanecer en Marcawuamachuco. Foto: Víctor
Corcuera 2012.
Un tapiz de flores silvestres cubre el relieve
de la montaña. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El viento desvela poco a poco. Foto: Víctor
Corcuera 2012.
El eco de nuestra civilización se cala en el
corazón. Foto: Víctor Corcuera 2012.
El abuso de abono químico está dando sus resultados: suelos semi estériles y daños en los cultivos.
¡Somos y estamos! Foto: Víctor Corcuera 2012.
Texto y fotografía: Víctor Corcuera Cueva.
Trujillo el 09 de agosto del 2012.
Trujillo el 09 de agosto del 2012.